¿Qué puedo hacer?
Un lector nos pregunta qué puede hacer. Nuestra respuesta es la misma que la de los socialistas del siglo XIX, que lejos de quedar vieja se ha convertido en más necesaria y urgente que nunca.
Sólo la comunidad organizada puede generar un mejor modo de vivir
Un lector nos pregunta qué puede hacer. Nuestra respuesta es la misma que la de los socialistas del siglo XIX, que lejos de quedar vieja se ha convertido en más necesaria y urgente que nunca.
El uso de aplicaciones conversacionales de IA para confrontar la soledad y los problemas de salud mental está demostrándose contraproducente e incluso peligroso. Sin embargo, todos sabemos que la solución que los estados y las aseguradores elijan irá por ahí. El verdadero problema no es tecnológico, sino social.
El «job sharing» es compartir el puesto de trabajo, no el trabajo. Los resultados de una cosa comparada con la otra son antagónicos. Compartir el empleo es una forma de precarización. Compartir el trabajo, con todo su significado y materialidad, abre en cambio un mundo de alternativas y caminos mucho más potente.
Hace una década, en pleno pico de la crisis que estalló en 2009, se hablaba de un «nuevo modo de vida» a medida de los «milennials» basado en la «sharing economy» y la «nueva cultura del compartir».
Sin hacer visible y tangible la posibilidad y necesidad de un nuevo modo de vida, la idea de que la forma en que los humanos nos organizamos es un producto de la acción humana y que debería atender y estar centrada en satisfacer las necesidades de todos y cada uno, seguirá siendo tabú.
Cuatro bases de la vida cotidiana de las colectividades. Bases que funcionan y que cimientan un nuevo modo de trabajar y vivir. Y que pueden aplicarse en muchos otros entornos, desde la familia a las asociaciones o las cooperativas.
De la regla de San Benito a Chernichevski, invitar a un nuevo modo de vivir ha tenido herramientas muy diferentes, pero efectivas.
No hay soluciones individuales a la crisis del modo de vida. La salida pasa por el trabajo y la organización colectiva. Pero la mera inserción laboral en las condiciones actuales tampoco aporta.