¿Qué saldría en la foto de un futuro razonablemente optimista?
El Washington Post entrevista a Neal Stephenson buscando pistas de un futuro «razonablemente optimista». Y el viejo maestro ciberpunk da un par de claves: vuelta del bit al átomo y del hackeo a los grandes proyectos de ingeniería.
Hoy la primera -y caudalosa- fuente innovación es Trump y los que se negaron a entender que había causas bajo su triunfo siguen negándose a aceptar no que no es un bache ni un mal trago pasajero. Cierran los ojos y desean muy fuerte que todo pase rápido. Es ridículo y ya les salió mal la primera vez. Pero así es Europa del poder ahora: una Europa ronin, un siervo con aspiraciones de guerrero agriamente repudiado por su señor y tardiamente empeñado en mantener una guerra a nuestra costa, por cuenta de un amo que a estas alturas hace más negocio siendo juez y parte en la paz que alargando otra carnicería de dudoso cobro.
Tan incomprensible les resulta la innovación trumpista y tan fuerte cierran los ojos, que se han vuelto ciegos a toda posible innovación. Y este año diciembre, por no traer, no trae ni previsiones rutinarias. Durante toda nuestra vida diciembre fue el mes de los periódicos. La gran prensa de todo el mundo jugaba a la ciencia ficción, dejaba volar la imaginación con tendencias e innovaciones y, durante algunas selectas semanas, pensaba a cinco o diez años vista con la excusa de presentarnos el año que estaba a punto de arrancar. En los semanales y las páginas centrales el mundo del año siguiente era un parque temático a estrenar, con rincones oscuros y peligrosos, sí, pero también con maravillas por llegar. Ya no. 2026 es el primer año que recordemos que no se nos presenta como primera parada en la línea hacia un futuro mejor.
Tantos enteros ha caído el futuro que el Washington Post titula a su nuevo podcast, supuestamente rompedor, Razonablemente optimista. Pretende entrevistar a esos bichos raros que todavía creen que el futuro puede ser mejor. Primer entrevistado: Neal Stephenson.
La entrevistadora está tan nerviosa por la oportunidad de hablar de sí misma que derrocha la rara oportunidad de entrevistar a uno de los autores más potentes de los últimos treinta años. Da igual, cuando puede, Neal Stephenson tira algunas ideas potentes.
Sí, creo que vamos a resolver el problema del CO2 atmosférico. Creo que lo vamos a resolver encontrando formas de eliminar el CO2 de la atmósfera. Va a ser un proyecto grande, el tipo de enorme proyecto industrial civilizatorio que puede tener todo tipo de efectos colaterales beneficiosos.
Y otra carga de profundidad: la creatividad y el talento que va a liberar la IA va a volver a cambiar bits por átomos, lo digital por lo electrónico, lo virtual por lo material.
Veo jóvenes que hace diez años se habrían dedicado automáticamente a escribir código interesados en ésto al modo de un proyecto de ingeniería dura. Dura en el sentido de que es difícil, pero también en el sentido de construir objetos físicos en lugar de manipular bits.
El futuro razonablemente optimista es una vuelta a los 80 con Internet, IA... y China.